El conjunto de elementos, procedimientos y técnicas que definen las obras de arte es enorme, por eso nos limitaremos a analizar los medios de expresión plástica concretados por la tradición académica ochocentista como artes mayores: la arquitectura, la escultura y la pintura a partir de tres principios complementarios y consustanciales a todas las obras de arte: formal, que interpreta los aspectos técnicos y visuales de la obra; estético, que analiza los aspectos conceptuales de la obra, el significado y los elementos icónico/simbólicos que se utilizan; y sociológico, que atiende a los aspectos sociales, económicos, políticos y culturales.
El análisis formal.
La arquitectura.Desde la antigüedad se atribuye a la arquitectura una serie de características que dan a su concepto una vertebración progresiva. Así, es común considerar la arquitectura como “el arte de construir espacios” con la finalidad de satisfacer las necesidades humanas; Vitrubio, Viollet-Le-Duc y Walter Gropius coinciden en esto pese a lo distante de sus épocas.En la arquitectura la parte material es la construcción. Los edificios pueden realizarse de barro, adobe, ladrillo, piedra, hormigón, hierro, acero, vidrio o materiales sintéticos. Las técnicas constructivas son variadas y han evolucionado notablemente desde la antigüedad hasta nuestros días. La combinación de diversos elementos sustentantes (pilares, columnas…) y sustentados (arquitrabes, bóvedas) junto a la disposición de muros y vanos configuran el volumen y definen espacios adintelados, abovedados o mixtos; longitudinales o centralizados. Los elementos ornamentales contribuyen a definir la personalidad estética del edificio. Por otro lado, una arquitectura sólo adquiere su plena identidad en relación con el espacio que la circunda.
La escultura.Actualmente parecen superadas las antiguas discusiones sobre la esencia de la escultura en relación con el resultado de quitar algo de un bloque sólido, enfrentada a la idea de modelado, es decir, de añadir para conformar un bloque. Para que algo acepte este calificativo únicamente debe reunir como condiciones que sea sólido y, por tanto, tridimensional o bidimensional pero móvil y capaz de sugerir un espacio óptico en tres dimensiones. Por eso, la percepción de la escultura se centra en dos sentidos: la vista y el tacto. Frecuentemente se encuentra integrada en un marco arquitectónico o policromada, por lo que se ha considerado en ocasiones como un arte dotado de un hibridismo equívoco, falto de carácter propio y supeditado a las otras dos artes mayores.En escultura, los materiales con los que se realiza la obra constituyen el soporte de la misma y condicionan su técnica: sustractiva o talla (piedra, madera, marfil, etc.); aditiva, a través del modelado (barro), el vaciado o fundición (bronce, hierro, cemento, etc.) y la soldadura (hierro); o mixta, a partir de nuevos materiales (plásticos, fibra de vidrio, materiales de desecho, etc.). A través de ellos se plasma la esencia de la escultura, el volumen, que define su carácter tridimensional. En este sentido existen dos grandes tipos de esculturas: de bulto redondo o exentas, y en relieve, sobre una base que condiciona una visión frontal de la obra escultórica (alto, bajo, medio, incido y hueco). El volumen se complementa con la composición (cerrada o abierta) y la masa (lleno-vacío), y condicionan su movimiento y proporción.
La pintura.La pintura es la más popular de las artes visuales. Resulta difícil por ello acotarla con una definición que no sea la propia de sus elementos formales básicos: línea, color, proporción y técnicas, utilizados para la creación de una imagen ilusoria de la realidad en dos dimensiones. Dicho así se establece una dualidad pintura-naturaleza que no es del todo cierta, especialmente en la pintura del s. XX, donde la realidad puede ser la propia superficie pictórica o las texturas que se incorporan al cuadro. Lo cierto es que la pintura es la más cambiante de las artes plásticas.En la pintura, la parte material es tanto el soporte como la técnica empleada sobre él. Aquel, define las cualidades iniciales de la pintura en función de su movilidad (pintura de caballete) o dependencia arquitectónica (pintura al fresco). Lospigmentos aglutinados con aceite (óleo), agua (acuarela), huevo (temple) o resina sintética (acrílico) se aplican sobre soportes muy variados: lienzo, madera, yeso, papel, barro, etc., definiendo técnicas muy diversas con cualidades expresivas muy diferentes basadas en la línea, el color, la luz o el dibujo, que se combinan para generar efectos de perspectiva, ritmo o composición.
El análisis estético.
Contemplar una obra de arte nos invita también a valorar sus cualidades estéticas a partir de la comprensión de su significado. La iconografía es a ciencia que estudia los temas y símbolos a través de los cuales se identifica su contenido. Éste depende del contexto histórico y cultural, y puede admitir distintas interpretaciones.Los temas artísticos presentan una gran variedad. Los religiosos y cortesanos (vinculados al orden político y religioso vigente) han sido tradicionalmente los más abundantes desde las primeras civilizaciones. También, desde la antigüedad, se han cultivado los retratos, los relatos históricos y mitológicos y las escenas de la vida cotidiana. Desde el renacimiento, se amplían los repertorios temáticos con otros más cercanos a la realidad inmediata de las personas, como el paisaje o las naturalezas muertas. Durante el siglo XIX, los temas se han multiplicado y abarcan desde la denuncia social hasta el mundo de los sueños, desde el absurdo dadaísta hasta la realidad más exagerada del hiperrealismo. Surge también ahora una tendencia que rechaza la representación figurativa y, por tanto, carece de tema: la abstracción.En las últimas décadas, el arte ha transgredido la frontera de del objeto artístico al devaluarlo, llegando en ocasiones a prescindir de él; de esta manera el hecho artístico queda reducido a la idea artística que lo genera (performances, instalaciones…).
El análisis sociológico.
Al relacionar las artes plásticas con el sistema de valores de su época accedemos a un mejor conocimiento de la manera de ver y entender el mundo en un periodo histórico determinado. La obra de arte ha de entenderse en función de la época y el lugar en que fue realizada. Los artistas forman parte de la sociedad, y sus ideas, su creatividad y sensibilidad están condicionadas por los gustos de una época, los modismos o las simples exigencias del cliente. Sin embargo, también debemos valorar aquellos aspectos del arte que constituyen tradición, es decir, los elementos que han ido sucediéndose y evolucionando a lo largo de diferentes culturas e influenciando a los sucesivos artes; los ordenes arquitectónicos –o sus elementos- creados en el mundo clásico han pervivido y lo siguen haciendo en los repertorios ornamentales de los edificios, la imaginería española del barroco sigue influyendo sobre los modelos escultóricos religiosos realizados hasta nuestros días…El análisis global de la obra de arte, especialmente desde supuestos formalistas, ha permitido establecer una historiografía tradicional del arte fundamentada en el estilo y basada en agrupaciones de obras a las que se suponen características más o menos comunes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.