Blog de aula del profesor MANUEL MUJERIEGO para los alumnos de HISTORIA DEL ARTE del I.E.S. Alto de los Molinos de Albacete.
miércoles, 23 de mayo de 2012
¡Aviso!
martes, 22 de mayo de 2012
¡¡¡¡¡AVISO!!!!!
Las que teneís más de un 4,75 en cada una de las dos evaluaciones anteriores, podréis considerarlas como aprobadas y sólo tendréis que examinaros de aquellas evaluaciones cuya nota sea inferior.
lunes, 21 de mayo de 2012
¡¡¡Últimas noticias!!!
Las que habéis aprobado las evaluaciones anteriores sólo teneis que examinaros de esta última. Las que lleváis más de una, tendreis opción de realizar un ejercicio de las evaluaciones suspensas para superarlas todas.
Y os recuerdo, los conceptos deben figuras siempre con ejemplos y cronología. El desarrollo del tema no ha de ser muy extenso, pero debéis incluir unas características generales del estilo para centraros después en lo que se os pregunta. No podeís dejar las peguntas a medias o contestar cosas diferentes. Respecto a las imágenes, no olvideís situarlas en su espacio-tiempo, caracterizarlas en su contexto artístico y relacionarlas con otras obras de su estilo o de su autor.
Un último esfuerzo.
miércoles, 2 de mayo de 2012
COMENTARIO DE LA PIEDAD (MIGUEL ÁNGEL)
La imagen a comentar es una escultura de bulto redondo realizada en mármol. Es de carácter religioso y fue esculpida durante la época del Renacimiento en Italia, en concreto, a finales del Quattrocento.
Como podemos observar, la escultura tiene una estructura piramidal y proporcionada. Se representa a los personajes bíblicos de Jesús y su madre, La Virgen María. El primero se muestra yacente sobre el regazo de su madre.
El rostro de Jesús es realizado de medio perfil mostrando una expresión plácida, que se interpreta como el hecho de que éste cumplió su mandato en la tierra y su tranquilidad remplaza todo el sufrimiento padecido durante su pasión.
Como vemos, María sujeta el cuerpo sin vida de su hijo con el brazo derecho, apoyando a éste en los pliegues de sus ropajes. La expresión del rostro de la Virgen es de ternura. llama la atención la juventud de María con respecto a Jesús, mostrando así , una gran belleza.
Gracias a la forma triangular de la escultura se consigue transmitir estabilidad y proporción, aspectos de gran importancia en el Renacimiento.
En concreto, la imagen que comentamos es "La Piedad" que fue realizada por Miguel Ángel Buonarroti el cual firmó su obra en una banda que atraviesa el pecho de la Virgen. La escultura pertenece a la etapa clásica de este autor en la que también realizó el "David".
Para realizar esta obra, Miguel Ángel, firmó un contrato en el que decía que la duración de la realización de la obra sería de un año y debía de verse entera desde todas sus perspectivas.
domingo, 22 de abril de 2012
Unidad 24. EL NEOCLASICISMO. ACADEMIA Y URBANISMO. CÁNOVA, DAVID Y GOYA.
Unidad 23. LA PINTURA BARROCA EN ESPAÑA: RIBERA, ZURBARÁN, MURILLO Y VELÁZQUEZ.
Unidad 22. LA PINTURA BARROCA EN EUROPA. ITALIA, CARAVAGGIO; FLANDES, RUBENS Y HOLANDA, REMBRANDT.
Unidad 21. LA ESCULTURA BARROCA: BERNINI. LA IMAGINERÍA EN ESPAÑA.
ESCULTURA EN ESPAÑA.Mientras en Italia y Francia se desarrolla una escultura inspirada en Bernini, en mármol y bronce, con amplio uso de la mitología y la alegoría, en España se desarrolla la escultura en madera policromada de tradición manierista (Berruguete).Su temática es esencialmente religiosa, procurando acercarse a la iconografía propuesta por Trento, cuya finalidad consistía en despertar la sensibilidad del creyente para que sienta las imágenes como elementos integrantes de su vida cotidiana.La costumbre de sacar las imágenes en procesión determina la creación de un tipo de escultura procesional de carácter narrativo y exento, muy popular y abundante desde el siglo XVII. El deseo de realidad en estas imágenes obliga a renunciar progresivamente al estofado, que es sustituido paulatinamente por una vistosa policromía y elementos postizos: ojos de cristal, pelo, lágrimas de cera, etc. En el desarrollo de los centros de actividad de la escultura barroca intervino el protagonismo de ciertos artistas que irradiaron su influencia a zonas determinadas de nuestro país: Gregorio Hernández, en Valladolid; Martínez Montañés, en Sevilla; Alonso Cano, en Granada y Francisco Salzillo, en Murcia.Gregorio Hernández.Su actividad se enmarca principalmente en un doble contexto: el establecimiento de la Corte en la capital vallisoletana (aumento de la clientela benefactora) y el sobrio fervor religioso de la sociedad castellana. Formalmente trabaja sobre todo la madera, concediendo especial importancia al tratamiento anatómico de sus personajes, así como a los efectos de dolor y patetismo que consigue mediante la profusión de detalles. Sobresalen sus cristos: Ecce homo, y sus populares inmaculadas.Martínez Montañés.Frente al patetismo de lo castellano, representa la serenidad y el clasicismo que entronca con la tradición renacentista. Sus imágenes, aun pasionales, destacan por su dulzura y delicadeza: Cristo de la Clemencia, Inmaculadas.Entre sus discípulos sobresale Juan de Mesa.Alonso Cano.Recoge la influencia de lo sevillano, dotando a sus esculturas de una belleza serena ideal. Frente a él, Pedro de Mena aporta la expresión contenida en sus imágenes.Francisco Salzillo.A comienzos del XVIII la ciudad de Murcia conoce una etapa de abundancia económica debido principalmente al comercio de la seda. En este contexto se termina la fachada de la catedral, se realizan numerosas iglesias y aparece la figura de Salzillo, como continuador de la tradición imaginera en el marco de un siglo de profunda crisis creativa. Su estilo es muy personal, dulcificando los modelos del XVII e introduciendo aspectos de procedencia italiana (Nicolás Salzillo), que lo sitúan a caballo de un arte más rococó. Ejem: Belén, Pasos procesionales (Oración del Huerto, etc.). Taller de gran influencia en la región del sureste: Albacete: Roque y José López.
Unidad 20. EL BARROCO. URBANISMO Y ARQUITECTURA. Bernini y Borromini. El palacio del poder: Versalles. España: de la plaza mayor al palacio borbónico.
Unidad 19. ARTE RENACENTISTA EN ESPAÑA
Escultura renacentista.
ESCULTURA DEL QUATTROCENTO
Donatello- El Profeta Habacuc
Donatello- David
martes, 17 de abril de 2012
Unidad 18. LA PINTURA (II): LEONARDO, RAFAEL, MIGUEL ÁNGEL Y TIZIANO.
Como en el resto de las artes, el centro se traslada a Roma y desde ahí a otras regiones de Italia constituyendo verdaderas escuelas pictóricas. Se advierte también una evolución desde una primera etapa clasicista en los inicios del siglo y otra manierista que preludia las fórmulas pictóricas posteriores.
a) La pintura clasicista.
Surge a fines del siglo XV en Florencia pero se desarrolla verdaderamente en Roma durante el breve periodo de pontificado de los papas Julio II y León X. La pintura clasicista no valora el arte como verdad, sino como expresión de la belleza que se escapa a la forma. Por tanto, la belleza basada en la proporción cuatrocentista desaparece en aras a un concepto original basado en la moderación, el equilibrio y la armonía. Se plantea la perfección técnica como elemento para conseguir la grandiosidad, el orden y la esencialidad que el clasicismo pretende. Las composiciones se fundamentan en figuras básicas como el triángulo y en la pureza de las líneas, colores y formas. Tres son los artistas más sobresalientes de este momento: Leonardo, Rafael y Miguel Ángel.
Leonardo da Vinci, educado en el taller de Verrocchio, es el pintor que nos introduce al nuevo estilo. En su Tratado de Pintura habla de ella como una actividad intelectual que reproduce la realidad; por tanto, ha de partir del análisis directo de la naturaleza, donde el artista deberá encontrar las reglas rectoras. Es función del artista investigar y experimentar para conceptualizar dicha belleza natural que en Leonardo se traduce en la aportación de logros fundamentales como su sentido de la psicología, la utilización del sfumato para la creación de atmósferas que desintegran los contornos e insertan las figuras humanas en sus paisajes y, como consecuencia, el uso de la perspectiva aérea: La Virgen de las Rocas (1483), la Última Cena del refectorio de Sta. María de la Gracia en Milán (1495-98) o la Gioconda (1503).
Rafael Sanzio, discípulo de Perugino, representa el lado refinado y elegante del clasicismo, logrando fijar el prototipo de idealidad artística renacentista. Entre sus numerosas obras destacan los frescos de las Estancias Vaticanas (1508-17), así como sus perfectos retratos y delicadas madonas.
Desde el punto de vista pictórico hay una marcada diferencia entre la obra juvenil de Miguel Ángel y su obra madura. La primera, realizada en Florencia, continúa la línea de su maestro Ghirlandaio, aunque manifestando un mayor sentido plástico y monumental en las figuras y más refinamiento en la expresión de la energía y el movimiento. La segunda, ya en Roma, supone la culminación del monumentalismo y la grandiosidad clásica en la decoración del techo de la Capilla Sixtina (1508-1512), convirtiéndose en plenamente manierista en los frescos del juicio Final para la misma capilla (1535).
b) La pintura manierista.
Tras la muerte de Rafael (1520) y el Saco de Roma (1527) asistimos a una modificación de los recursos expresivos de la pintura, con la vuelta al arte aristocrático y la pérdida de la claridad clasicista: el manierismo. Son recursos que rompen conscientemente con los ideales clásicos, acusando una extrema libertad que llega en ocasiones a ser arbitraria y plasmando una realidad deformada por la interpretación individual de los pintores.
Son varias las escuelas pictóricas que encontramos en Italia durante el siglo XVI, entre las que sobresale especialmente Venecia. Allí se mezcla la tradición oriental de los iconos, su afición por el color, la textura pictórica y el paisaje con la nueva intelectualidad renacentista, dando lugar a una pintura muy original y de enorme influencia sobre el Barroco. Las figuras que elevaron la pintura veneciana a su máxima expresión son Giovanni Bellini, maestro de Giorgione y Tiziano –favorito del emperador Carlos V-; y los más tardíos Tintoretto y Veronés, ya plenamente manieristas.
En Florencia, se impone el ideal manierista de la exacerbación –heredado del último Miguel Ángel- a través del gusto por las composiciones complejas, el simbolismo rebuscado, el uso de colores arbitrarios y la desproporción de los cánones humanos. Destacan Andrea del Sarto, Pontormo o Bronzino.
En Parma, la nueva pintura tiende hacia formas de extremado refinamiento, delicadeza y sensibilidad, en la pintura de Correggio o Parmigianino.
Roma no se repondrá de la pérdida de los principales artistas del momento. Sus sucesores, Vasari o Volterra, imitarán la grandiosidad de Miguel Ángel bajo un prisma de individualidad consciente de sus propias limitaciones.
En Milán, Cremona, Bolonia, Ferrara o Siena surgirán otros tantos nuevos pintores que explican por qué pudo florecer una nueva oleada de artistas geniales a principios de la época barroca.
Unidad 17. LA PINTURA (I): MASACCIO, FRA ANGÉLICO, PIERO DELLA RANCESCA, BOTICCELLI.
1. La pintura del Quattrocento.
La historiografía suele distinguir dos generaciones florentinas que coinciden con las mitades del siglo:
- La primera se caracteriza por sus formas monumentales, los estudios de perspectiva geométrica, la sobriedad expresiva y la incorporación de elementos clásicos en lo decorativo. Entre los pintores de esta generación sobresale Tommaso Masaccio, quien junto con Brunelleschi y Donatello, de quienes fue contemporáneo, constituye la tríada de constructores del nuevo estilo. Su pintura hereda de Giotto la volumetría y la linealidad que combina con el monumentalismo escultórico de Donatello y la concepción espacial brunelleschiana para desarrollar una pintura completamente nueva y cargada de emotividad renacentista, tal y como evidencian los frescos de la capilla Brancacci (desde 1424) en la iglesia florentina del Cármine, donde supera con mucho las habilidades técnicas de su maestro Masolino. Junto a él otros artistas cultivarán el uso de la perspectiva y la construcción de espacios como Paolo Ucello, en el tríptico de la Batalla de San Romano (1456); Andrea del Castagno, en la Última Cena para el cenáculo de santa Apolonia (1447); o Piero della Francesca, en los frescos de la capilla de San Francisco en Arezzo sobre la leyenda de la Vera Cruz (1452 y ss.).
De la misma generación pero en una línea mucho más delicada, emparentada más con el gótico internacional y la temática religiosa se encuentran el citado Masolino, Fra Angélico o Filippo Lippi.
- La segunda generación se caracteriza por un gusto más complicado y rico, emparentado con el nuevo ideario de Ficino. Se trata de una pintura que prefiere el dinamismo a la monumentalidad y, lo complejo y narrativo a lo solemne, introduciéndose además elementos cotidianos. Sobresale la figura de Sandro Botticelli, cuyos cuadros están impregnados de pintura poética y alegórica, y de una belleza voluptuosa y sensual muy próxima al mundo y los gustos mediceos en obras como La Primavera (1481) o el Nacimiento de Venus (1484). A esta misma generación pertenecerían pintores en una línea decorativa y arcaizante como Benozzo Gozzoli y maestros de taller, que inauguran un tipo de pintura cotidiana y popular como Ghirlandaio o el propio Verrocchio.
En otras regiones italianas la pintura adquiere también nuevos caracteres que irán paulatinamente perfilando el estilo. En Umbría encontramos una pintura preocupada por el paisaje, los espacios abiertos, la simetría y la composición, con autores como Perugino. En Padua, se trata de una pintura que tiende a la grandiosidad y culmina los estudios de perspectiva, en obras de Mantegna. En Ferrara, Cosme Tura introduce composiciones complejas de fuerte influencia flamenca. Y, en Venecia, pintores como los Bellini o Carpaccio desarrollarán composiciones monumentales, al tiempo que otros como Antonello de Messina optarán por la experimentación de nuevas técnicas como el óleo.
lunes, 16 de abril de 2012
Unidad 16. LA ESCULTURA DEL RENACIMIENTO: DONATELLO Y MIGUEL ÁNGEL.
- El naturalismo, que busca la semejanza entre la obra y el modelo, oponiéndose al misticismo y simbolismo medievales. En este sentido, adquiere sentido la aplicación de la perspectiva en los relieves.
- La importancia de la figura humana (antropocentrismo) en las representaciones, adquiriendo importancia el desnudo y el estudio de la anatomía.
- El interés por lo monumental y lo severo, que se traduce en la diversificación de los temas representados. Junto a los religiosos, aparecen también temas paganos y mitológicos, así como retratos de distinta tipología: bustos, sedentes, ecuestres, funerarios…
- La utilización de los materiales nobles de la antigüedad: bronce y mármol; en la Toscana se emplea también la terracota (barro pintado), como complemento decorativo de las arquitecturas.
Los escultores más destacados del siglo XV, que centran su producción en la ciudad de Florencia, son Lorenzo Ghiberti, Donato di Niccolo (“Donatello”), Lucca della Robbia y Andrea Verroccio.
Ghiberti se considera el iniciador del estilo, aunque en su obra perviven todavía elementos góticos. Cultivó esencialmente el relieve en bronce, tratando con maestría la figura humana y el paisaje en perspectiva. Sus obras más importantes son la Puerta norte del Baptisterio de la Catedral de Florencia (1404-24), inspirada por la que Andrea Pisano había realizado un siglo antes. Y, ante el éxito conseguido por ésta, la Puerta este, denominada del Paraíso por Miguel Ángel debido a su virtuosismo (1425-52). En ella sustituye los casetones góticos que encorsetaban las escenas por diez paneles rectangulares con escenas del Antiguo Testamento, trabajadas de un modo casi pictórico. Dichos paneles se enmarcaban por finas molduras con motivos vegetales, figuras bíblicas y retratos de distintos personajes entre los que aparece el propio escultor.
DONATELLO es el escultor más importante del quattrocento florentino. Trabajó como ayudante de broncista en el taller de Ghiberti durante la elaboración de la Puerta norte. Viajó después a Roma con Brunelleschi y tras su regreso a Florencia inició una carrera en solitario de gran actividad. Su estilo se caracteriza por la búsqueda del equilibrio y la armonía clásicos, no exenta de un acusado realismo de gran fuerza expresiva y emocional. Consiguió un perfecto dominio de la anatomía humana, que le permitió representar al ser humano –su tema predilecto- en todas sus etapas; en su belleza y su fealdad. A este grupo corresponden algunas de sus obras más célebres como el San Jorge para la iglesia del Orsanmichele (1417-20), ejemplo de la plenitud viril; el profeta Habacuc (1923-35), para el campanile de la catedral florentina, personificación del realismo deforme de la vejez; y el David (1440-43), primer desnudo del Renacimiento, ejemplo de la gracia y delicadeza de la pubertad.
La estancia de Donatello en Padua durante diez años (1443-53) permitió difundir la escultura del Renacimiento por la Italia septentrional. En este periodo sobresale la escultura ecuestre del condottiero Erasmo de Nardi, llamado Il Gattamelata, realizada en bronce, que puede considerarse el primer gran retrato a caballo desde el de Marco Aurelio. Situada en una plaza, inaugura la estatuaria pública de la Edad Moderna, además de dotar de una dignidad monumental, propia de los emperadores romanos, a un jefe militar a sueldo.
Tras su regreso a Florencia, realiza esculturas caracterizadas por su expresionismo y emotividad, como la Magdalena del Baptisterio de Florencia.
Donatello trabajó asimismo el relieve con profusión, en obras como la pila bautismal del baptisterio de Siena, la cantoría de Santa María del Fiore, los púlpitos de la catedral de Prato o de la iglesia de san Lorenzo en Florencia o el altar de la iglesia de San Antonio en Padua. En todos ellos mostró su preocupación por la perspectiva, la composición y la creación de espacios fingidos con los que representar la realidad, lo que ejecutó con enorme maestría gracias a la técnica del stiacciato (aplastado), en los que los distintos planos de un bajorrelieve se aplastan con escasos milímetros de diferencia hasta conseguir los efectos espaciales deseados.
Contemporáneo de Donatello es el también florentino Lucca della Robbia, creador de una escultura de gran delicadeza y finura, ejemplificada en su cantoría para la catedral de Florencia y en el modelado de esculturas de cerámica vidriada que solían complementar las arquitecturas brunelleschianas.
A la segunda mitad del siglo pertenece Andrea Verrocchio, buena muestra del arte de taller que prolifera en Florencia a fines del siglo XV. Es autor de obras virtuosas, como el David del Barguello, no exentas de gran energía y tensión, como el condottiero Colleoni, realizado para la ciudad de Venecia.
En contraposición al siglo XV, y al igual que en la arquitectura, el cinquecento traslada su centro de acción a Roma. Desde el punto de vista formal, la escultura del siglo XVI abandona la delicadeza quattrocentista en favor de una monumentalidad simplificadora, anticipada ya en algunas obras de Donatello. El relieve deja paso al bulto redondo, que adopta frecuentemente tamaños superiores al natural.
El artista más emblemático es MIGUEL ÁNGEL BUONARROTI, considerado como uno de los grandes genios de la historia del arte universal. Aunque cultivó también la arquitectura y la pintura, se calificó a sí mismo como escultor y su trayectoria creativa en esta disciplina marcó la evolución estética de su tiempo y de artistas posteriores.
Florentino de nacimiento, aprendió el arte de la escultura con Bertoldo di Giovanni, discípulo de Donatello. La influencia de éste se deja sentir en obras de juventud como la Madonna de la Escalera (1492). Siendo todavía muy joven se traslada a Bolonia, donde conoce la obra de Jacopo della Quercia, y más tarde a Roma, que marcarán definitivamente su obra hacia un concepto grandioso de las formas. Allí realiza la célebre Piedad del Vaticano (1497-99), obra de extraordinaria serenidad y equilibrio, determinados por su composición piramidal; de volúmenes puros y cerrados, y un acabado refinado propios del clasicismo. Poco después, culmina estas propuestas en el David realizado para la Opera del Duomo florentina entre 1501 y 1504. La estatua, de dimensiones colosales, manifiesta el perfecto conocimiento de la anatomía humana, así como la actitud grandiosa y el porte heroico del contrapposto grecolatino. Una vez terminada, se decidió su ubicación en la Signoría, otorgándole un valor civil que ejemplificaba el triunfo de la República de Florencia frente a quienes deseaban suplantarla en el marco de una época especialmente convulsa.
En 1505 recibe el encargo de construir el mausoleo del papa Julio II, que interrumpirá para llevar a cabo la decoración pictórica de las bóvedas de la Capilla Sixtina. El proyecto fue retomado tras la finalización de las citadas obras en 1512, tallando las imágenes de Moises y los esclavos (a partir de 1513). En ellas aparecen rasgos del nuevo Miguel Ángel que se aproxima inevitablemente al manierismo, como la terribilitá y el non finito. La primera, esbozada en David y concretada en Moisés, consiste en la expresión de las pasiones internas hasta alcanzar el sentido máximo del drama; el segundo, ejecutado en el Esclavo atlante, introduce el concepto del esbozo escultórico como contraste con las superficies acabadas y en el que la imaginación del espectador contribuye a la construcción definitiva de la obra. En total se realizaron seis proyectos distintos para el mausoleo, que finalmente quedó instalado como retablo en la iglesia de San Pietro in Víncoli de Roma en 1542.
Entre 1520 y 1524 labra los sepulcros de Giuliano y Lorenzo de Medici en la sacristía nueva de San Lorenzo de Florencia. Les acompañan recostados sobre la superficie curva e inestable de los sarcófagos, en actitud contrapuesta, las figuras alegóricas del Día y la Noche, y el Crepúsculo y la Aurora. Entendidas como robustas anatomías masculinas y femeninas, se interpretan como el transcurrir inevitable del tiempo y de la vida, y trasunto escultórico del tópico literario del “ubi sunt”.
Años más tarde, en su vejez, la exaltación del cuerpo deja paso a un pesimismo dramático que encuentra en el tema de la Piedad un campo adecuado, como ejemplifican las de la Catedral de Florencia (1550-53) y la Rondanini (1564); ambas están en el polo opuesto de la Piedad del Vaticano y ejemplo de la escultura más alejada del clasicismo.
La figura de Miguel Ángel eclipsa a todos sus coetáneos, quienes buscaron frecuentemente influencias del maestro aunque tamizadas por las propuestas individuales del manierismo. Bandinelli y Ammanani apostaron con desigual fortuna por la potencia anatómica miguelangelesca; otros, como Cellini (Perseo) o Giambologna (Rapto de las Sabinas) por una elegancia formal, de líneas más esbeltas y complejas, como las serpentinatas (helicoidales) experimentadas ya por Miguel Ángel, que anticipan definitivamente la estatuaria del Barroco.
domingo, 25 de marzo de 2012
Pórtico de la Gloria
viernes, 23 de marzo de 2012
Doncel de Sigüenza
La imagen la identificamos con una escultura realizada en el siglo XV, se trata de una tumba , se dispone bajo un arco de medio punto abierto en la pared, en los laterales aparecen esculturillas de los apóstoles Santiago y San Andrés, patronos del linaje. Más abajo, una decoración de grutescos enmarca la lápida funeraria con el texto al que ya nos hemos referido antes. La sepultura en sí misma consta de dos elementos, realizados ambos en alabastro. El inferior es un sarcófago sostenido por tres esculturillas de leones y en cuyo centro dos jóvenes pajes nos muestran el escudo de armas del infortunado joven. El segundo elemento, y principal, es la estatua funeraria del fallecido, a quien no se representa yacente, sino recostado sobre una ramo de laureles que viene a simbolizar aquí el carácter heroico del joven guerrero. La escultura , esboza una levísima sonrisa, se nos muestra vestido de armadura completa, con capa corta y cota de malla bien visible, cubierta su cabeza con un capacete de cuero. En el pecho lleva la cruz de la Orden de Santiago pintada en rojo y de su cinto pende una larga daga. Tanto el cabello como la cota de malla se han oscurecido para dar más realismo a la representación. A los pies encontramos otras dos figuras: un león (que vendría a simbolizar la resurrección) y otro paje, apoyado sobre el casco, en este caso en actitud doliente, una clara alusión al propio dolor de la familia ante la muerte del joven guerrero. Se ha afirmado también que el hecho de que la estatua presente las piernas cruzadas es una referencia a su carácter de cruzado que muere guerreando contra los enemigos de la fe cristiana. en sus manos muestra un libro abierto. La imagen la identificamos con el Doncel de Sigüenza, situada en una de las capillas funerarias de la catedral de Sigüenza.
Virgen Blanca de la Catedral de León
Se trata de una escultura de alto relieve, construida en mármol. Representa a Madre e hijo en actitud de bendecir y miran frontalmente, no se establece comunicación entre ellos. Las figuras han perdido la rigidez de las vírgenes sedentes románicas para mostrarnos una actitud más humana. Esto se aprecia en el gesto con que sostiene a su hijo y en los rostros serenos, pero con una sonrisa amable. El canon es más alargado y sus ropas se pliegan para dar forma y armonía al volumen de los cuerpos. La rigidez y la simetría románica de la escena se rompe al desplazar del regazo a uno de los brazos la figura del niño Jesús. La escena que componen es mucho más humana: las figuras se sonríen, la Virgen sostiene a su hijo con un gesto maternal y el Niño se comporta como niño, y no como todopoderoso creador, al acariciar a su madre. La imagen la identificamos con la Virgen Blanca de la Catedral de León, en El parteluz de la puerta principal, Es una típica Virgen gótica plena de belleza, alegría, armonía, humanización y naturalismo. En el nuevo espíritu que anima a la religiosidad y a la figuración del gótico se destaca el protagonismo de la Virgen como madre de Dios. Como es la principal advocación de las catedrales levantadas en este momento (Notre Dame), tendrá reservado un lugar preferente en las portadas, el mainel o parteluz de la puerta principal. Esta importancia contrasta con el románico en donde sólo era una más de los intercesores colocados en las jambas.
Jambas de Reims
Obra escultórica del siglo XVIII, son esculturas de alto relieve, en ellas observamos una cuatro esculturas, tres femeninas y aun. En el rostro del ángel encontramos expresión y una pequeña sonrisa, las esculturas no son hieráticas tienen movimiento. Dicho movimiento se observa también en las túnicas con los pliegues, comienza a aparecer la búsqueda de una nueva expresión donde los personajes parecen querer argumentar entre ellos, con gestos y expresiones individualizadas, vestimentas y el predominio de la verticalidad, encontramos Naturalismo en el tratamiento de los ropajes y rostros. Realismo en rostros, manos y gestos. Rostros individualizados. Dicha obra podemos identificarlas con las jambas de Reims; en las dos primeras imágenes empezando por la izquierda observamos el relato el bíblico de la anunciación del Arcángel Gabriel a la Virgen María. Y en las dos siguientes relata la visita de la Virgen María a su prima Santa Isabel (madre de San Juan) ambas embarazadas nos recuerdan la antigüedad clásica, en ellas destacamos Composición en contrapposto, cabezas inclinadas, gesticulan.Rostros expresivos y diferenciados ambos. Ambos grupos escultóricos se representan hacía el exterior. Son de arte gótico, realizadas en el siglo XVIII en Francia.