Las características esenciales de la arquitectura gótica son:
- La utilización de la luz, que, siguiendo la revisión de las ideas de Pseudo-Dionisio Areopagita (teólogo sirio del s. VI que cristianizó el neoplatonismo de Plotino), se identifica con la divinidad a partir de su transformación por las vidrieras en luz celestial.
- La relación estructura-apariencia. En contraposición a la arquitectura románica, donde lo decorativo adquiere gran importancia, en el gótico la estructura adquiere por primera vez una dimensión estética.
Ambas características fueron posibles gracias al empleo de algunos elementos técnicos que, aún conocidos con anterioridad, se imbricaban en el arte gótico por vez primera. Desde el punto de vista del sistema de cubrición, el arco apuntado, con dos puntos de traza, permitía una mayor luz y favorecía la verticalidad; mientras la bóveda de crucería, resultante del entrecruzamiento de dos arcos apuntados, aumentaba la ligereza de la plementería. Por lo que respecta al soporte, los pilares, más desarrollados que en el mundo románico, eran los encargados de recibir el empuje de las nervaduras y resolver el problema de la pesadez de los muros; arbotantes y pináculos exteriores contrarrestaban los empujes laterales al tiempo que introducían el valor estético al edificio como una estructura diáfana. El cerramiento carece de misión constructiva, posibilitando el desarrollo de las vidrieras y las ascensionalidad de las fábricas.
La novedad de la arquitectura gótica reside precisamente en el resultado final de esa combinación de elementos que, como hemos dicho, no eran originales. El arco ojival se empleaba ya en la arquitectura cisterciense desde principios del siglo XII, y aún antes en el románico borgoñón y en la arquitectura islámica. La bóveda de crucería era también habitual en las iglesias normandas y angevinas, las cúpulas hispano-musulmanas, el arte selyucida o las construcciones armenias. Además, parece demostrada la utilización consciente de ambos elementos. Sin embargo, la resolución de su fusión en la girola de la abadía de Saint Denis –primer edificio del estilo- construida por el abad Suger en 1144 es absolutamente novedosa; en sus propias palabras “la conjugación de lo material con lo inmaterial, lo corporal con lo espiritual, lo humano y lo Divino”.
El gótico es, por tanto, un arte inicialmente arquitectónico e ideológicamente francés, que pronto caló en el resto de Europa como expresión de un nuevo modelo social: Inglaterra (Canterbury, 1174), Italia (Siena, fines del s. XII), Alemania (Colonia, mediados del s. XIII), España (Cuenca y Ávila, fines del s. XII), etc.2.1.
Arquitectura religiosa.
El edificio más representativo del arte gótico es la catedral, en su doble dimensión: social, como expresión de la grandeza de los burgos y de sus habitantes frente a sus rivales; y eclesial, como prefiguración de la Jerusalén Celeste, el lugar donde se producirá la reunión de Dios y los hombres justos en su morada final.
Su planta es longitudinal, de tres o cinco naves, con transepto sobresaliente definiendo una cruz latina. La cabecera es el elemento más significativo, destacando en ésta la girola. En alzado se conforman por cuatro pisos: arquería, tribuna, triforio y claristorio. Las segundas desaparecen con el tiempo para favorecer la perforación del muro con el desarrollo de triforio y ventanales. Como en el románico, las fachadas –principal y laterales- adquieren una enorme importancia en relación con la escultura monumental. Están enmarcadas por esbeltas torres y suelen presentar diversos elementos comunes: el rosetón de iluminación de la nave central, una galería de reyes escultórica y un hastial de coronación.
Arquitectura civil.
Adquiere las mismas características formales que la religiosa y su desarrollo es paralelo al de las ciudades a partir del siglo XIII. Así, los edificios más representativos coinciden con los que reflejan el nuevo prestigio de aquellas: el poder municipal a través de los ayuntamientos, como el de Bruselas; el de la nobleza urbana en los palacios, como el del Infantado en Guadalajara; el apogeo comercial en las lonjas, como las de Valencia o Palma de Mallorca; la mejora de las comunicaciones en las hospederías, como la Posada del Rosario en Albacete; o el desarrollo de las condiciones sanitarias a través de hospitales como los de Toledo, Granada o Santiago de Compostela.
Difusión de la arquitectura gótica.
Como dijimos, la arquitectura gótica es originaria de la Ile-de-France (región de París) desde donde se extendió por el resto de Europa. Marcel Durliat establece cinco etapas desde su aparición en la cabecera de Saint Denis en referencia a Francia:
- Inicial. Se desarrolla durante la segunda mitad del siglo XII. Coexiste con el románico y el arte cisterciense. Se caracteriza por sus construcciones macizas, de cuatro plantas y cubierta con bóveda sexpartita: catedrales de Sens, Laon, Noyon o París.
- Clásica. Se desarrolla durante el siglo XIII y se caracteriza por la sistematización de los elementos góticos. Desaparece la tribuna y la bóveda sexpartita. Las catedrales ganan en altura y gracilidad: Chartres, Reims y Amiens.
- Radiante. Se desarrolla desde mediados del siglo XIII y durante el siglo XIV. Desaparece el muro que es sustituido por vidrieras. Las construcciones llegan a su máxima estilización: catedral de Beauvais, Santa Capilla de París. Paralelamente se desarrolla el denominado gótico del Mediodía, caracterizado por su carácter de fortaleza exterior y el empleo de nave única de gran espacialidad en los interiores, que influirán en los modelos catalanes: catedral de Albi.
- Tardío o Flamígero. Desarrollado durante el siglo XV, se caracteriza por su barroquismo decorativo que acusan influencias del gótico nórdico.
- Florido. Propio de fines del siglo XV, supone la pérdida de la preeminencia francesa a favor de tipologías británicas y centroeuropeas.
En España, el desarrollo del estilo se produjo más tardíamente como consecuencia de su situación política –inmersa en pleno proceso reconquistador- y de las influencias románicas que hasta fines del siglo XII derivaron del Camino de Santiago. No obstante, la presencia de lo francés, a través de la difusión del arte cisterciense y de los contactos con la monarquía europea (Leonor de Aquitania y su séquito llegan a España tras su matrimonio con Alfonso VIII; el arzobispo Ximénez de Rada se traslada a Alemania para concertar el matrimonio entre Fernando III y Beatriz de Suabia) es indudable en la transición al siglo XIII y perdurará –con una evidente tendencia hacia el localismo- hasta bien entrado el siglo XVI.
La división entre el Reino de Castilla y la Corona de Aragón, y la distinta influencia recibida desde Francia se traducen también en una sustancial diferenciación entre la arquitectura castellana y la catalana; aquella más emparentada con los presupuestos franco-europeos, ésta con los mediterráneos.
- Castilla, como hemos dicho, acusa más directamente la relación con la Ile-de-France a través de modelos importados o de constructores llegados del país vecino. Tradicionalmente se distinguen cuatro periodos en su desarrollo:
. Fase temprana. Se desarrolla a fines del siglo XII a través de construcciones que siguen fórmulas anglonormandas o borgoñonas del gótico preclásico francés (bóvedas sexpartitas, cabeceras al modo del cister...): catedrales de Ávila, Cuenca o Sigüenza.
. Fase clásica. Tiene lugar a lo largo del siglo XIII y en ella se concretan las grandes catedrales castellanas: Burgos, Toledo y León, inspiradas directamente en las catedrales clásicas francesas, especialmente en Bourges.
. Fase tardía. Se desarrolla a partir de fines del siglo XIV y durante el siglo XV, con la introducción de canteros flamencos y alemanes que sustituyen a los franceses en las grandes obras religiosas. Acusan una mayor ascensionalidad y un repertorio decorativo de raíz flamígera.
. Gótico Reyes Católicos o Isabelino. Coincide con las fases más tardías del gótico europeo, a finales del siglo XV y durante la primera mitad del XVI. Se caracteriza por su extremado decorativismo en el que se incluyen elementos del repertorio hispánico: San Juan de los Reyes, catedrales de Salamanca y Segovia. Prolifera en estos momentos la arquitectura civil en edificios palaciegos como el Palacio del Infantado en Guadalajara o la Casa de las Conchas en Salamanca.
- En Aragón, el auge del gótico se produce a la par que su desarrollo comercial por el mediterráneo. Desde el punto de vista religioso, las construcciones más emblemáticas se erigen en el siglo XIV y acusan una gran influencia del Midi francés: iglesias de una sola nave o de salón, menor ornamentación, tendencia a la horizontalidad y escaso desarrollo de los vanos: catedrales de Barcelona, Palma de Mallorca, Gerona; iglesia de Santa María del Mar en Barcelona.
- La utilización de la luz, que, siguiendo la revisión de las ideas de Pseudo-Dionisio Areopagita (teólogo sirio del s. VI que cristianizó el neoplatonismo de Plotino), se identifica con la divinidad a partir de su transformación por las vidrieras en luz celestial.
- La relación estructura-apariencia. En contraposición a la arquitectura románica, donde lo decorativo adquiere gran importancia, en el gótico la estructura adquiere por primera vez una dimensión estética.
Ambas características fueron posibles gracias al empleo de algunos elementos técnicos que, aún conocidos con anterioridad, se imbricaban en el arte gótico por vez primera. Desde el punto de vista del sistema de cubrición, el arco apuntado, con dos puntos de traza, permitía una mayor luz y favorecía la verticalidad; mientras la bóveda de crucería, resultante del entrecruzamiento de dos arcos apuntados, aumentaba la ligereza de la plementería. Por lo que respecta al soporte, los pilares, más desarrollados que en el mundo románico, eran los encargados de recibir el empuje de las nervaduras y resolver el problema de la pesadez de los muros; arbotantes y pináculos exteriores contrarrestaban los empujes laterales al tiempo que introducían el valor estético al edificio como una estructura diáfana. El cerramiento carece de misión constructiva, posibilitando el desarrollo de las vidrieras y las ascensionalidad de las fábricas.
La novedad de la arquitectura gótica reside precisamente en el resultado final de esa combinación de elementos que, como hemos dicho, no eran originales. El arco ojival se empleaba ya en la arquitectura cisterciense desde principios del siglo XII, y aún antes en el románico borgoñón y en la arquitectura islámica. La bóveda de crucería era también habitual en las iglesias normandas y angevinas, las cúpulas hispano-musulmanas, el arte selyucida o las construcciones armenias. Además, parece demostrada la utilización consciente de ambos elementos. Sin embargo, la resolución de su fusión en la girola de la abadía de Saint Denis –primer edificio del estilo- construida por el abad Suger en 1144 es absolutamente novedosa; en sus propias palabras “la conjugación de lo material con lo inmaterial, lo corporal con lo espiritual, lo humano y lo Divino”.
El gótico es, por tanto, un arte inicialmente arquitectónico e ideológicamente francés, que pronto caló en el resto de Europa como expresión de un nuevo modelo social: Inglaterra (Canterbury, 1174), Italia (Siena, fines del s. XII), Alemania (Colonia, mediados del s. XIII), España (Cuenca y Ávila, fines del s. XII), etc.2.1.
Arquitectura religiosa.
El edificio más representativo del arte gótico es la catedral, en su doble dimensión: social, como expresión de la grandeza de los burgos y de sus habitantes frente a sus rivales; y eclesial, como prefiguración de la Jerusalén Celeste, el lugar donde se producirá la reunión de Dios y los hombres justos en su morada final.
Su planta es longitudinal, de tres o cinco naves, con transepto sobresaliente definiendo una cruz latina. La cabecera es el elemento más significativo, destacando en ésta la girola. En alzado se conforman por cuatro pisos: arquería, tribuna, triforio y claristorio. Las segundas desaparecen con el tiempo para favorecer la perforación del muro con el desarrollo de triforio y ventanales. Como en el románico, las fachadas –principal y laterales- adquieren una enorme importancia en relación con la escultura monumental. Están enmarcadas por esbeltas torres y suelen presentar diversos elementos comunes: el rosetón de iluminación de la nave central, una galería de reyes escultórica y un hastial de coronación.
Arquitectura civil.
Adquiere las mismas características formales que la religiosa y su desarrollo es paralelo al de las ciudades a partir del siglo XIII. Así, los edificios más representativos coinciden con los que reflejan el nuevo prestigio de aquellas: el poder municipal a través de los ayuntamientos, como el de Bruselas; el de la nobleza urbana en los palacios, como el del Infantado en Guadalajara; el apogeo comercial en las lonjas, como las de Valencia o Palma de Mallorca; la mejora de las comunicaciones en las hospederías, como la Posada del Rosario en Albacete; o el desarrollo de las condiciones sanitarias a través de hospitales como los de Toledo, Granada o Santiago de Compostela.
Difusión de la arquitectura gótica.
Como dijimos, la arquitectura gótica es originaria de la Ile-de-France (región de París) desde donde se extendió por el resto de Europa. Marcel Durliat establece cinco etapas desde su aparición en la cabecera de Saint Denis en referencia a Francia:
- Inicial. Se desarrolla durante la segunda mitad del siglo XII. Coexiste con el románico y el arte cisterciense. Se caracteriza por sus construcciones macizas, de cuatro plantas y cubierta con bóveda sexpartita: catedrales de Sens, Laon, Noyon o París.
- Clásica. Se desarrolla durante el siglo XIII y se caracteriza por la sistematización de los elementos góticos. Desaparece la tribuna y la bóveda sexpartita. Las catedrales ganan en altura y gracilidad: Chartres, Reims y Amiens.
- Radiante. Se desarrolla desde mediados del siglo XIII y durante el siglo XIV. Desaparece el muro que es sustituido por vidrieras. Las construcciones llegan a su máxima estilización: catedral de Beauvais, Santa Capilla de París. Paralelamente se desarrolla el denominado gótico del Mediodía, caracterizado por su carácter de fortaleza exterior y el empleo de nave única de gran espacialidad en los interiores, que influirán en los modelos catalanes: catedral de Albi.
- Tardío o Flamígero. Desarrollado durante el siglo XV, se caracteriza por su barroquismo decorativo que acusan influencias del gótico nórdico.
- Florido. Propio de fines del siglo XV, supone la pérdida de la preeminencia francesa a favor de tipologías británicas y centroeuropeas.
En España, el desarrollo del estilo se produjo más tardíamente como consecuencia de su situación política –inmersa en pleno proceso reconquistador- y de las influencias románicas que hasta fines del siglo XII derivaron del Camino de Santiago. No obstante, la presencia de lo francés, a través de la difusión del arte cisterciense y de los contactos con la monarquía europea (Leonor de Aquitania y su séquito llegan a España tras su matrimonio con Alfonso VIII; el arzobispo Ximénez de Rada se traslada a Alemania para concertar el matrimonio entre Fernando III y Beatriz de Suabia) es indudable en la transición al siglo XIII y perdurará –con una evidente tendencia hacia el localismo- hasta bien entrado el siglo XVI.
La división entre el Reino de Castilla y la Corona de Aragón, y la distinta influencia recibida desde Francia se traducen también en una sustancial diferenciación entre la arquitectura castellana y la catalana; aquella más emparentada con los presupuestos franco-europeos, ésta con los mediterráneos.
- Castilla, como hemos dicho, acusa más directamente la relación con la Ile-de-France a través de modelos importados o de constructores llegados del país vecino. Tradicionalmente se distinguen cuatro periodos en su desarrollo:
. Fase temprana. Se desarrolla a fines del siglo XII a través de construcciones que siguen fórmulas anglonormandas o borgoñonas del gótico preclásico francés (bóvedas sexpartitas, cabeceras al modo del cister...): catedrales de Ávila, Cuenca o Sigüenza.
. Fase clásica. Tiene lugar a lo largo del siglo XIII y en ella se concretan las grandes catedrales castellanas: Burgos, Toledo y León, inspiradas directamente en las catedrales clásicas francesas, especialmente en Bourges.
. Fase tardía. Se desarrolla a partir de fines del siglo XIV y durante el siglo XV, con la introducción de canteros flamencos y alemanes que sustituyen a los franceses en las grandes obras religiosas. Acusan una mayor ascensionalidad y un repertorio decorativo de raíz flamígera.
. Gótico Reyes Católicos o Isabelino. Coincide con las fases más tardías del gótico europeo, a finales del siglo XV y durante la primera mitad del XVI. Se caracteriza por su extremado decorativismo en el que se incluyen elementos del repertorio hispánico: San Juan de los Reyes, catedrales de Salamanca y Segovia. Prolifera en estos momentos la arquitectura civil en edificios palaciegos como el Palacio del Infantado en Guadalajara o la Casa de las Conchas en Salamanca.
- En Aragón, el auge del gótico se produce a la par que su desarrollo comercial por el mediterráneo. Desde el punto de vista religioso, las construcciones más emblemáticas se erigen en el siglo XIV y acusan una gran influencia del Midi francés: iglesias de una sola nave o de salón, menor ornamentación, tendencia a la horizontalidad y escaso desarrollo de los vanos: catedrales de Barcelona, Palma de Mallorca, Gerona; iglesia de Santa María del Mar en Barcelona.
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